FRAGMENTO

- Hijo, solo el amor cambia vidas; puede impulsar al peor de los hombres a ser más grande, más noble, más honesto..., ¿alguna vez te platiqué la historia que escribió mi padre sobre un joven encarcelado injustamente?
- Creo que sí. Ya no me acuerdo bien.
- Era un buen muchacho que fue metido a una cárcel subterránea oscura, sucia, llena de personas enfermas y desalentadas. Se llenó de amargura y deseos de venganza. Cuando el odio le estaba corrompiendo, la hija del rey, llamada Sheccid, visitó la prisión. El joven quedó impresionado por la belleza de esa mujer. La princesa, por su parte, se conmovió tanto por las infrahumanas condiciones de la cárcel que suplicó a su padre que sacara a esos hombres de allí y les diera una vida más digna. El rey lo hizo, y el prisionero se enamoró perdidamente de la princesa. Entonces, motivado por el deseo de conquistarla, escapó de la cárcel y puso en marcha un plan extraordinario para superarse y acercarse a ella. Con el tiempo llegó a ser uno de los hombres más ricos e importantes del reino.
- ¿Y al final conquistó a la princesa?
- No. Sheccid fue solo su inspiración. Un aliciente que lo hizo despertar.
- Qué lástima.
- El resultado fue bueno para él de todo modos. Haz lo mismo. Aférrate a tu Sheccid y olvida...

Cuauhtémoc Sánchez, Carlos. Los ojos de mi princesa. México. 2005. Pag. 14.


*Quizá han oído hablar de este autor, en otros de sus libros que verdaderamente motivan, me parece muy bueno por el hecho que resalta asuntos propios de la vida misma. Esta novela la leí en el año 2007, un año genial, donde conocí personas que aprecio y respeto demasiado, y comencé el gusto por las novelas. Sueño con escribir y muchas veces deserto en el intento.

Me gusta este fragmento, pues siento que es justo lo que me pasa en este momento, he conocido a alguien que está tranformando mi vida rutinaria que quedó vacía por sucesos inesperados.

Llegaba de trabajar por la madrugada en el auto de un amigo que siempre nos transporta para nuestras actuaciones. Fue un día singular. Tocamos en San Isidro en el parque El Olivar para un tipo enamorado que entregaba su amor a su bella novia; había mucha emoción, cantamos temas de entrega del buen amor. Las personas se acercaron a ver y oir lo que pregonábamos con tanto arte, algunas tomaban fotos, otras sonreían y solo escuchaban, unas cuantas se acercaron a pedirnos tarjetas de presentación. Todo ello me hacía sentir bien. Luego de ello, se acercó un tipo cuya labor es cuidar el distrito: Un sereno. Y muy amablemente mencionó lo siguiente: "Buenas noches, ¿tienen algún permiso para realizar esta actividad?", al instante dimos la negativa.
Pensábamos que era libre dedicar canciones y que no habría impedimento alguno. Ante tal interrogante presentada por el sereno, la persona que contrataba nuestros servicios mencionó con firmeza: "¿tengo que pedir un permiso para demostrar mi amor hacia esta dulce persona?". Es así que el agente de seguridad agregó:
- Lo siento, como ustedes saben, estamos en el distrito de San Isidro y es una norma el no alterar el desorden público. Pueden parecer ruidos molestos a los vecinos, de favor les pido se retiren o toquen con un volumen más bajo.
Al parecer los vecinos estaban felices de escuchar buena música, sin embargo, hicimos respetar el mandato.
Terminamos de cantarle al amor. Y nos dirigíamos a retirarnos, cuando de pronto nos encontramos con un matrimonio que apenas acababa de contraer nupcias. Nos pidió tomarnos fotos, y de forma inesperada nos contrato para tocar un par de temas en la celebración. Fuimos y realizamos lo que verdaderamente hacemos con pasión.
Aún nos faltaban cumplir algunas actuaciones.
Después de acabada toda nuestra labor, nos dirigimos hacia un grifo a echarle combustible al auto, y bebimos vino en el minimarket de la empresa. Recordé hechos tristes de desamor, pero comenzaba a resistir.
De regreso a casa, dejamos en Surco a un compañero, y fuimos a recoger a una chica, prima de nuestro "amigo elegido". Ella se encontraba en Chorrillos. La recogimos. Ella se ubicó en el asiento de adelante junto a mí. Le pregunté un par de cosas solamente, cosas sin importancia, estaba algo nervisoso, es una chica muy bella. Como la noté algo enojada no seguí con la conversación. Ella durmió, y cometí el atrevimiento de abrazarla. El asiento era incómodo. Soñé ser nuevamente feliz. Llegamos al destino, ella despertó y bajó del auto. Se marchó.
Yo la conozco de vista. Al parecer ella no sabe nada de mí.
Al día siguiente, me contó mi amigo, ella preguntó quién era el tipo que la abrazó mientras dormía. Él le dijo quien era yo, le habló de mí. Estoy sinceramente sonrojado hasta ahora.
La verdad es que fue un suceso tan inesperado que ha despertado en mí cierta ilusión. Estoy pasando por un proceso desagradable de superar conflictos emocionales con respecto a una trunca relación amorosa, y de pronto llego a conocer a esta linda persona. En realidad ni siquiera la he tratado, ni ella tampoco a mí. Pero, en verdad, es un sueño del cual no quiero despertar, es algo que me impulsa nuevamente a sonreir. Siento que ella es mi Sheccid. Como dice un bolero, siento que es "Mi motivo mejor...", y le agradezco a las contingencias de la vida por tal suceso inesperado. Aunque no lo sepas aún, gracias Cinthya.



"Mi motivo mejor eres tú..."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quisiera verte feliz...
Y de corazon lo digo.. espero que esa Chica se de cuenta de la persona que eres...
Y si llegas a tenerla a tu lado... Sepa cuidarte... Y darte todo el amor que mereces...
Soy una persona que te quiere mucho ... Y sabe que vales demasiado...
Se feliz,cuidate.. Espero esa chica sea buena persona ^^

Xisuih dijo...

Sheccid, Beatrice... Luna.
Me acordé del hecho de que Demian nombra a una mujer como Beatrice sin siquiera conocerla.
Me gusta esa historia, te das cuenta que tener una Sheccid ya es un gran paso en la vida, no cualquier persona tiene esa capacidad de amar, o de inspirarse, para alcanzar una realización a futuro tan plena por algo tan hermoso como el tener a alguien así, a la distancia, sin conocerle bien, y que sin embargo te hace ser mejor.
Eso no significa que no vuelvas a amar jamás, al contrario, significa que si algún día llega una buena persona, aunque uno piense que sea tarde (porque nunca se es tarde), se tendrá la capacidad de amarle como esa persona se merecerá, y si no llega, tendremos la capacidad de no amargarnos, sino todo lo contrario.
O también puede no sólo ser un amor, sino una idea, un sueño, una canción, un poema, o un instrumento...
Es hermoso.

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